Lejos del clásico ámbito escolar, los alumnos, docentes y padres encuentran en el Aprendizaje Vivencial, jornadas que prevén su activa participación. Es claro que cuando se trata de cambiar comportamientos y actitudes el aula sola no alcanza.
El aprendizaje que pasa por el cuerpo es más fuerte y profundo; nos podemos olvidar de muchas clases teóricas, pero no de estas experiencias puestas en el cuerpo. El alejamiento del entorno sistemático y la distensión suelen ser ingredientes claves; el cambio de contexto desnuda los valores individuales y la dinámica del grupo de trabajo.
La experiencia en la montaña es una vivencia existencial que activa disparadores para conversaciones que naturalmente no se dan en el colegio. Esto pone en evidencia actitudes y hábitos que de lunes a viernes rigen silenciosamente el comportamiento en las aulas.
Estos programas tienen al factor vivencial como un aliado clave del aprendizaje y a la diversión
APRENDIZAJE VIVENCIAL
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